domingo, 25 de mayo de 2014

Creatividad y Libertad


El tema de la creatividad me seduce, lo reconozco, qué es? cómo fomentarla? o al menos cómo permitir que se desarrolle. Creo que ha sido una de las primeras cosas que me resonó muy dentro cuando pensaba en la educación de mi hijo. Cuando he pensado y pienso en creatividad se me viene a la cabeza otra palabra: Libertad. Mi intuición me dice que esta última es condición necesaria para la primera. 

Creo que para poder ser creativos necesitamos estar en conexión directa con nuestro ser, con nuestra esencia. Necesitamos tener la libertad para conocernos, saber lo que nos apasiona, lo que nos inspira. Necesitamos imaginar sin censura y equivocarnos sin temor a perder el amor de quienes nos importan. Nuestros hijos necesitan que nosotros como adultos, confiemos en su infinito potencial, que respetemos sus pasiones y les proporcionemos un ambiente rico y estimulante en el que puedan centrar su interés en lo que de verdad les motiva, y no en lo que nosotros pensamos que deben aprender. La obediencia es útil para el adulto, no para el niño. La obediencia anula cualquier espacio para la creatividad, desempodera al niño y bloquea la conexión consigo mismo (con lo que necesita, quiere, siente, piensa, le apasiona y le interesa). En la obediencia está implícito algo, que a mi modo de ver resulta muy peligroso en la construcción de nuestra autoestima, y es el hecho de que es más importante satisfacer las expectativas del otro que manifestar las necesidades de nuestro ser. Supongo que a raíz de todo esto nos vimos motivados a educar a nuestro hijo de una forma diferente, en un ambiente donde no se valore la obediencia por encima del desarrollo auténtico del ser, donde prime la libertad por encima de la instrucción, donde se de espacio para y se valore la diversidad por encima de la uniformidad. 

Para terminar, quisiera compartir con vosotros algunas ideas de Ken Robinson sobre la creatividad:

"La creatividad humana es el proceso mediante el cual se tienen ideas originales que tienen algún valor".
"Si no estás preparado para equivocarte, nunca se te ocurrirá nada original".
"La creatividad es la imaginación aplicada".
"La imaginación es el poder de evocar cosas que no están en nuestros sentidos. Ver en nuestra mente".
"Si nosotros formamos nuestra visión del mundo, también podemos recrearla tomando una perspectiva diferente para reconfigurar esta situación".
"La forma más elevada de inteligencia es pensar de manera creativa".

De igual forma, y con la intención de complementar mis palabras e invitar a la reflexión, os comparto estos 3 vídeos sobre creatividad que me parecieron muy interesantes (en la página de las Charlas TED al dar "play" al vídeo encontraréis una opción para subtitular en diferentes idiomas (incluida castellano) la exposición).

"Las escuelas matan la creatividad" - Ken Robinson (Charla TED)

"Creatividad y juego" - Tim Brown (Charla TED)

"Los enemigos de nuestra creatividad" - Leonardo Muñoz


lunes, 19 de mayo de 2014

Mastermind de Educación en casa y Crianza Consciente: Apredizajes y Reflexiones – Parte II



Siguiendo con la retrospectiva de este espacio de reflexión, quisiera compartir algunas otras cosas que me removieron la mente y el alma. Todas ellas se han convertido en aprendizajes que nutren a diario la relación con mi hijo. De igual forma, he encontrado que muchas de estas herramientas me permiten una relación más cercana y empática con mi pareja, mis padres, hermanos y amigos.

Para comenzar, tengo que decir que la Comunicación No Violenta (Comunicación No violenta-Artículo Yvonne Laborda y La Gran Guía de la Educación Infantil - Invitada: Pilar de La Torre) ha sido todo un descubrimiento! Hablar con el otro desde lo que me pasa a mí cuando esa persona dice o hace esto o aquello, es liberador. Yo hablo de lo que siento, sin críticas y el otro como no se siente atacado, escucha tranquilo y abierto y a mí me permite empatizar con más facilidad. Por ejemplo, a la hora de compartir con familiares y amigos nuestra decisión de educar sin cole, esta postura me ha permitido acoger sus comentarios con una actitud tranquila y empática. Entender que lo hacen desde su interés genuino por el bienestar de nuestro hijo, que probablemente no cuentan con información sobre dicha alternativa, que tal vez nuestra elección a distanciarnos de lo que “normalmente” se hace, lo sientan como una invitación a cuestionarse ciertas cosas, sin que así sea, y esto les resulta incómodo, respetar que tal vez no tengan la necesidad de cuestionarse esas cosas, darles tiempo para que asimilen nuestra decisión y se informen si así lo desean. En realidad de lo que se trata es de compartir respetando al otro, sin imponer. Esta manera de gestionar una situación conflictiva roba todo el poder que pudiera tener la crítica y nos empodera totalmente a nosotros. Al fin de cuentas, como decía Yvonne en una de sus intervenciones, “lo que me molesta de tu comportamiento, es mi lectura del mismo, mi juicio sobre éste, no tu comportamiento en sí”.

A la hora de interactuar con mi hijo, esta herramienta también ha sido clave en dos aspectos: para CONECTAR emocionalmente con él y entender y enseñarle que “detrás de todo comportamiento hay un motivo válido” (ojo, como Yvonne Laborda muy acertadamente enfatizara, con eso no quiere decir que el comportamiento sea adecuado, simplemente que detrás de éste hay una razón para que se produzca y que para gestionarlo debemos identificar qué necesidad insatisfecha hay detrás). Estos dos aspectos representan un par de puertas más que se abren, dos oportunidades más para crecer, tanto mi hijo como yo.

Ahora bien, cuando se rompe la conexión con nuestro hijo es como si habláramos dos lenguajes totalmente diferentes, no hay entendimiento alguno. Es vital identificar, entonces, de qué manera conectamos con él (con caricias, con juegos, qué tipo de juegos, escuchándole, mirándole, paseando, etc…). De igual forma, debemos identificar qué nos impide conectar con él o por qué se rompió esa conexión en primer lugar. Por lo general, aquello que nos impide conectar es la existencia de alguna necesidad no satisfecha nuestra. Para gestionar esta situación debemos, primero hacernos cargo de nuestra necesidad no satisfecha para después poder hacernos cargo de la de nuestro hijo. Cuando recuperamos la conexión con él, todo fluye, la empatía y la reciprocidad en la relación se reestablece.

Cómo enseñarle a nuestro hijo a gestionar situaciones de conflicto? Está claro que nuestro ejemplo en la gestión de las mismas es determinante. Es lo más efectivo para que sienta que lo que aprende tiene un sentido y es coherente con su realidad. La forma como le tratemos será probablemente, la manera como trate a los demás. Qué importante es validar a nuestro hijo en lo que siente aunque su comportamiento no nos parezca el más adecuado. Su malestar tiene una razón de ser, sus sentimientos son legítimos. Primero, démosle el reconocimiento que merecen; luego expliquémosle cómo se puede estar sintiendo el otro con su comportamiento (permitámosle empatizar) y por último enfoquémonos en buscar una solución haciéndole partícipe de dicha búsqueda (son creativos y tienen recursos, dejemos que los pongan en práctica…sin son muy pequeños no les subestimemos, al menos, brindémosle la oportunidad de que lo intenten). Creo que situaciones como estas son un buen momento para referirnos a los hechos en base a comportamientos y no características del ser, las de nuestro hijo o las de otros. Las etiquetas positivas o negativas, que nuestra mente adulta utiliza limitan muchísimo la forma de actuar del niño y su percepción de sí mismo. Quisiera rescatar una idea que compartió con nosotros Yvonne y me resonó por dentro: “El uso de estas etiquetas impide que integremos las diferentes polaridades dentro de las cuales nos movemos”. Qué acertado! Cuántos de nosotros no hemos tenido que luchar a lo largo de nuestra vida con las expectativas que dichas etiquetas crean sobre nosotros (somos extrovertidos, somos impacientes, somos impulsivos, somos generosos, etc…), nuestra forma de actuar y de pensar? Expectativas que terminamos fijándonos como propias y que distan mucho de serlo. Somos humanos, imperfectos, con una posibilidad de acción infinita, actuemos en consecuencia y permitamos que nuestros hijos tengan la oportunidad de florecer en cualquier dirección, la que ellos decidan, que se descubran en su hermosa humanidad y se sientan amados en ella.

Ahora bien, en el caminar de nuestra tribu, se compartió un artículo de Casilda Rodrigañez “Poner límites o informar de los límites” (Artículo Casilda Rodrigañez) que me sacudió de arriba abajo haciéndome tomar consciencia sobre la naturaleza de la relación entre mi hijo y yo. Está claro que amo a mi hijo con toda mi alma, pero como diría una de mis madres sabias: “querer a un hijo no garantiza que se sienta querido”. Cuánta verdad en estas palabras y qué maravillosa invitación a despertar, abrir los ojos e intentar ponerme en los zapatos de mi hijo, cada vez que le digo o le pido que haga algo. Como iba diciendo, está claro que le amo, pero desde qué lugar me relaciono con él? Desde el poder? Desde la equidad? Soy justa en mi trato hacia él?. De qué forma le pido las cosas? “Cuándo le pido algo, soy consciente de qué es lo que le estoy pidiendo?” (Yvonne Laborda). Si me relaciono con mi hijo desde la prepotencia adulta, como diría Casilda R., probablemente asuma que con su corta edad e inexperiencia, no sabe, no entiende y no es capaz de desenvolverse en el mundo adulto. Por tal motivo, soy yo quien debo decirle lo que tiene qué hacer y él limitarse a seguir mis órdenes. Si por el contrario, me posiciono frente a mi hijo como mi igual (tal vez un poco más pequeño en estatura), le dejo ser y me relaciono con él desde el respeto; entonces, le considero como un ser capaz, lleno de recursos, emociones y percepciones a quien debo darle la oportunidad de que se descubra en este mundo adulto. Si le doy la libertad para que actúe, él podrá aprender a gestionar sus emociones, a confiar en su intuición, a contrastar su percepción del mundo, se sentirá validado y tenido en cuenta y cuando yo le pida que actúe de la misma forma con alguien más, lo hará porque es coherente con su realidad, porque sus padres lo habrán avalado con el ejemplo. Desde esta postura nosotros como padres les informamos de los límites, aquellos límites que después de una exhaustiva reflexión consideramos como imprescindibles (los que tienen que ver con su seguridad y bienestar). Nos esforzamos para que no sean límites que nos hacen la vida más fácil como adultos, con hijos “obedientes” que responden sin rechistar a todos los “no” que arbitrariamente les imponemos. Como nuestros hijos son personitas que razonan después de informarles sobre dichos límites, les explicamos la importancia de los mismos para que de esta manera le encuentren un sentido a aquello que les estamos pidiendo y que probablemente les signifique aplazar cierto impulso o deseo. Posteriormente validamos los sentimientos que dicha situación les pueda causar. Podemos compartirles, también, nuestros sentimientos, nuestra humanidad, porque no hay mejor oportunidad para dejarles actuar desde la empatía. Cuando le pedimos algo que sea posible negociar, hagámosle partícipe de esa solución. Probablemente cada uno tendrá que ceder un poco. Si en ese momento no se le puede dar cabida a su deseo, explicarle el por qué e intentar llegar a un acuerdo satisfactorio con él. Nunca engañarle, ni intentar manipularle (con amenazas, premios o castigos) desde nuestra posición de adultos. Si es indispensable que las cosas se hagan de cierto modo en ese momento decírselo con claridad y pedir su colaboración. Mi hijo tiene 3 años y no se imaginan la cantidad de veces que actuando de este modo, me ha dejado con la boca abierta. Y lo primero que se me viene a la cabeza son todas aquellas veces en las cuales le subestimé y no le di la oportunidad de colaborar conmigo y actuar de forma tan empática. No digo que salte de alegría y aplauda cada vez que no puede hacer algo que desea porque yo se lo pido, no lo hace, protesta, refunfuña pero no se altera, simplemente escucha lo que tengo que decirle, ante su molestia yo le valido y me comprometo con honestidad a satisfacer su necesidad en cuanto pueda. 

Por otro lado, quisiera compartir con vosotros una de las frases contundentes que mencionó Yvonne en una de nuestras reuniones de tribu: “Es más efectivo enseñar principios que imponer reglas”. Lo primero se ofrece desde el ejemplo y se cumple por coherencia, lo segundo se recibe desde el poder y se lleva a cabo por temor a las consecuencias de su incumplimiento.

Finalmente, quisiera mencionar un par de reflexiones más que se llevaron a cabo en los encuentros de esta tribu. Dos temas que nos llenan de miedos y dudas cuando decidimos educar sin cole: la organización del tiempo y la socialización de nuestros hijos.

En la organización del tiempo es clave lo siguiente:

- Identificar mis necesidades (como mujer, profesional, pareja, madre, etc…).
- Establecer prioridades (los niños, las labores de casa, mis espacios en soledad, espacios con mi pareja, con mis amigos, formación, etc…).
- Comunicar mis necesidades (a mi pareja –en mi caso mi principal apoyo-, a mi hijo, etc…). Pedir ayuda si lo considero necesario.

La socialización de nuestros hijos, por su parte, no se da ni es importante sólo en la medida en que se relacionan con otros niños. Como padres debemos procurar espacios en los que nuestro hijo pueda interactuar con otros adultos y niños de diferentes edades, entornos y realidades. Para nosotros como padres, la diversidad es estímulo y en esa medida es nuestra intención fomentarla tanto como podamos. Educamos sin que vaya al colegio,  no dentro de casa y a puerta cerrada. La educación de nuestro hijo se da en todo momento, en nuestros viajes al supermercado, al banco, a la copistería, con los primos, los abuelos, los tíos, en el parque, viajando, en la piscina, en la playa, etc…

Espero que estos dos últimos artículos le hagan justicia a lo que el Mastermind ha representado para mí en este camino y preparación para criar a mi hijo con consciencia y respeto. Además de todo lo que os he compartido aquí, en términos de reflexiones y aprendizajes, os puedo decir que la calidad humana y sabiduría del grupo de madres que he conocido y con las cuales he tenido el placer de compartir experiencias y sentimientos durante estos dos meses no tiene precio.
Este es mi homenaje a vosotras, mi tribu de madres sabias, y a vuestro interés y compromiso profundo por criar a vuestros hijos desde el respeto y la humanidad. Gracias!

domingo, 11 de mayo de 2014

Mastermind de Educación en casa y Crianza Consciente: Apredizajes y Reflexiones – Parte I


Hace un par de meses que comencé a ser parte de un grupo de madres interesadas en estos dos temas: La Educación en casa y la Crianza consciente. De la educación en casa he hablado algo en posts anteriores; el tema es extenso y probablemente más adelante compartiré apartes de libros que he ido leyendo, sin embargo, ahora sólo me limitaré a decir que una vez hecha la elección existen diversas formas de hacerlo. El espectro contempla desde el Homeschooling riguroso (escuela en casa) hasta el Unschooling (Aprendizaje autónomo), pasando por estilos más eclécticos, más o menos estructurados y todos ellos muy válidos. Lo importante es encontrar la forma que más se ajusta a las necesidades de tu hijo y tu familia en general. Las circunstancias de la familia evolucionan y al igual las necesidades del niño, por tal motivo es importante ser consciente que elegir uno de estos enfoques no implica permanecer fiel a él de por vida. 

En cuanto a la crianza consciente me permito citar a Mariela Cacciola: “Para ser consciente en la crianza es importante aceptar nuestro pasado, interrogarnos a cada paso y comprometernos a cada instante. Desde la crianza consciente se ve a los hijos como maestros, los padres guías y el crecimiento compartido. La crianza consciente es animarse a crecer junto a nuestros hijos” (http://dulcecrianza.blogspot.com.es/2014/01/que-es-la-crianza-consciente_22.html )Para complementar este tema, creo que el artículo de Yvonne Laborda sobre crianza con consciencia es igualmente esclarecedor (http://welivelearning.blogspot.com.es/2012/03/crianza-convencional-versus-crianza-con.html ). Aunque el título de nuestro Mastermind menciona sólo la crianza consciente, tengo que decir que el espíritu que se respira en nuestro grupo de madres y que inspira muchas de nuestras reflexiones también va en sintonía con la crianza respetuosa y con apego. Os comparto un par de artículos sobre las mismas, de Mariela Cacciola (http://dulcecrianza.blogspot.com.ar/2012/08/la-crianza-con-apego-mas-alla-de-la.html y http://dulcecrianza.blogspot.com.ar/2012/02/en-sus-zapatos-empatia-y-respeto-con.html ) que terminan de darle forma a la filosofía que existe detrás del tipo de crianza que deseamos aplicar con nuestro hijo.

El grupo se conformó, como mencioné en el apartado anterior, bajo el formato de un Mastermind, en palabras de nuestra madre-coordinadora, María José Cifuentes: “un grupo de gente altamente comprometida que se reúne en espíritu de armonía con un propósito común”. Nuestro Mastermind estaba estructurado en 4 módulos:

1) Cómo gestionar situaciones de conflicto con parientes y familiares críticos de nuestra decisión de educar en casa.
2) Desescolarización Mental y tiempo libre.
3) Los premios, los castigos, las amenazas y los límites.
4) La organización del tiempo y la socialización de nuestros hijos.

Tengo que reconocer que ha sido una experiencia maravillosa y enriquecedora de principio a fin (lo de fin es un mero formalismo porque aunque el Mastermind ha terminado nuestro grupo continúa más vivo que nunca). El espíritu de armonía ha sido clave en nuestro compartir “virtual” ya que cada una comparte y reflexiona desde su vivencia; sin juicios, con total honestidad. El respeto por la intimidad y el proceso del otro es absoluta. No existen expertos, las aportaciones de todas conforman la Mente Maestra. El estímulo es diario y la conexión emocional cada vez más intensa. Mi sentir frente a este grupo lo resumiría diciendo que sois mi tribu, mi tribu de madres sabias. Para ampliar un poco más este planteamiento quisiera compartir las siguientes palabras de un autor que me inspira:

"Encontrar tu tribu ofrece algo más que ratificación e interacción, por muy importantes que sean estas cosas. Proporciona inspiración y provocación para elevar las expectativas de tus propios logros".
"Cuando las tribus se concentran en un mismo lugar, las oportunidades de que se produzca una inspiración mutua pueden ser intensas".

Ken Robinson – “El Elemento”

Dentro de nuestra comunidad del Mastermind hemos compartido reflexiones que considero que vale la pena atesorar por la trascendencia de las mismas y la utilidad de los aprendizajes que han permitido. A continuación, comparto algunas de ellas (por respeto a la intimidad de mi tribu, sólo os comparto las propias):

Módulo 1: Cómo gestionar situaciones de conflicto con parientes y familiares críticos de nuestra decisión de educar en casa.
  • “Creo que poder aceptar que el otro está en un punto totalmente diferente al mío, que tiene otros intereses distintos a los míos y que sobre todo es feliz como está sin cuestionarse las cosas, es liberador. A mí me sirve para ser mucho más empática. Yo he aprendido que el respeto por el ritmo del otro es vital en las relaciones, de todo tipo, parentales, fraternales, de pareja, laborales, paterno-filiales, etc...Supongo que muchas veces nos cuesta resistir la tentación a forzar ese tiempo, por una necesidad de conexión con el otro. Es entonces, cuando entiendes que las relaciones son distintas y que es mucho más enriquecedor y sano, recibir con entusiasmo lo que esa persona puede darte que quejarte eternamente por lo que no puede ofrecerte. También creo que es muy importante hacer un ejercicio de autoreflexión e identificar si esa necesidad de cuestionarse las cosas (que para mí significa necesidad de crecimiento) es prioritaria para nosotros o fácilmente negociable, en qué espacios?, con qué personas?, en qué momentos de nuestro ciclo vital?”

Módulo 2: Desescolarización Mental y tiempo libre.

  • “Para mi desescolarizarme es precisamente eso...aprender viviendo. Es tener la capacidad de confiar en mi hijo, en su ser, en su potencial, en su curiosidad innata. Es romper ese código que se nos cuela hasta lo más profundo de nuestro ser, en tantos años de cole, como dice Yvonne, romper con la creencia de que solo se aprende si alguien más nos enseña. Es que lo peor es que lo terminamos creyendo".
  • Cuánto nos cuesta resistirnos a las comparaciones, ya no sólo con otros niños, si no con las benditas “medias” que están presentes en todo (la media de crecimiento, la media del desarrollo de lenguaje, la media en desarrollo cognitivo, en maduración motriz, física, etc…) “Hablando de comparaciones...qué bien sería disfrutar de los descubrimientos de nuestros hijos sin preocuparnos por todas aquellas cosas que todavía no sabe hacer.  Me duele reconocer que han habido  momentos donde me he dejado viciar por estos comentarios y he subestimado a mi chiquitín. Lo siento como una traición. Una traición a su enorme potencial y a su florecer único y maravilloso. Algunas noches cuando me tumbo en la cama a darle el pecho le pido disculpas por mi falta de confianza, os puede parecer exagerado, pero lo necesito. Por eso agradezco profundamente estos espacios y toda aquella información diferente que me llega, me resuena y me limpia de todo esto, permitiéndome reconciliarme conmigo misma y ver a mi hijo tal y como es; disfrutando de sus descubrimientos, de sus intereses, de su carácter y de su crecimiento”.
  • A raíz del proceso de cambio de dos compañeras de tribu y agradeciendo su apertura y generosidad al compartirlo con el resto, se me disparó la siguiente reflexión: Siempre me ha maravillado la capacidad que tiene el ser humano para re-inventarse, es realmente inspirador. En mi formación como psicoterapeuta recuerdo un profesional muy humano, irreverente y creativo, Michael White, impulsor del Enfoque Narrativo dentro de terapia y quien planteaba que al cambiar las historias dominantes que rigen nuestra vida (no soy inteligente, no soy creativa, no llegaré lejos en esta vida, no soy capaz, no merezco tu afecto, etc...) por otras historias mucho más sanas y auténticas, historias que nosotros mismos escribimos desde nuestros infinitos recursos, logramos cambiar nuestra realidad. Esas nuevas palabras que introducimos en nuestro vocabulario, en la descripción de nosotros mismos, se van arraigando cada vez más hasta convertirse en una nueva historia dominante de nosotros mismos, cambiando la forma como nos percibimos, como nos sentimos e incluso como actuamos”.
  • Hablando de la preocupación por el “futuro académico” de nuestros hijos: “Si reconozco que a mi mente aún muy escolarizada le da cierto temor este tema. Sin embargo, conforme me voy informando (experiencias de adolescentes, de padres, alternativas de educación formal y profesional) me voy relajando. Supongo que me siento en la obligación de informarme para saber que esta elección que hemos hecho no le va a privar de ciertas oportunidades. El futuro es impredescible, mi hijo tiene 3 años, no tengo la menor idea si le apetecerá ir a la Universidad o no,  o si para entonces los accesos a la misma sigan siendo de la  misma manera. De todas formas, quiero contemplarlo, ya que de momento mi hijo no puede considerarlo por sí solo. Y sí ,lo contemplo, pero no dejo que me paralice. Es tan coherente para nuestra familia y sus valores esta forma de educar y estamos tan convencidos de estar dándole herramientas valiosas a nuestro hijo para el florecer de su potencial, que cobra más importancia para nosotros educarle para ser y no para saber. Como decía Robinson en algunos de sus vídeos, que bien que un día mi hijo pueda decir cuando le pregunten por lo que hace...."no es lo que hago...es lo que soy".
  • "Yo creo que en este proyecto de vida, de educar sin escuela, es importante que nos centremos en nuestras necesidades presentes, reales...considero que es más útil y en nuestro caso particular nos evita un gasto de energía innecesario preocuparnos por algo que no sabemos cómo será realmente. Estas preocupaciones si les das muchas vueltas pueden convertirse en obstáculos".
Módulo 3: Los premios, los castigos, las amenazas y los límites.
  • http://welivelearning.blogspot.com.es/2014/03/la-influencia-de-nuestra-infancia-la.html “Qué maravilla de artículo. Qué reflexión tan profunda y útil. No tiene desperdicio...me conmovió aquello de "honrar nuestras emociones para poder honrar las de nuestros hijos". El ejercicio de "qué me pasa a mí cuando tú me dices o haces algo y qué necesidad no satisfecha hay detrás de mi enfado"...revelador; y lo de hacerme cargo de mi niña interior, de sus heridas y sus frustraciones me ha resonado un montón ahora como madre (en su momento lo hice cuando iniciaba la relación con mi pareja, de vez en cuando lo sigo haciendo, pero ya sabéis que en los comienzos nos solemos sentir más vulnerables y ese niño interior está a flor de piel un día sí y otro también)”.
  •  En relación con los límites: “Creo que este es uno de los mayores puntos de reflexión como padres en la crianza diaria de nuestro hijo. Con el permiso de Yvonne quisiera citarla en estas líneas. Hace unos meses en uno de sus vídeos sobre crianza consciente dijo algo que llevo conmigo en todas y cada una de las interacciones con mi hijo: "Cuando le pedimos algo a nuestros hijos, es importante ser conscientes de qué es lo que les estamos pidiendo". Contundente! No os imagináis la reducción drástica de rabietas de mi hijo. Pero no porque se haya vuelto más "obediente" es porque yo ya no le pido cosas que en realidad no tienen ningún sentido o que necesitan hacerse si o sí de la forma que yo digo, porque lo digo yo y porque soy su madre. Por ejemplo: al salir de casa para el Cole Tomás siempre se lleva consigo un juguete de casa que le hace gracia, por lo general sus coches. Claro eso implica que mamá tiene que estar atenta que no terminen perdidos por el suelo, y que al llegar al cole me los de porque es regla no llevar juguetes propios a la clase. Pues yo muy radical, no salen los juguetes de casa, lloros, pataleta, etc...Pues no tenía sentido....vale, hay que respetar la norma del cole pero podemos llegar a una solución consensuada. Ahora, Tomás coge sus coches, mamá está pendiente que no se pierdan, y al llegar al cole antes de entrar a su clase él mismo los guarda en su mochila. Los tiene durante todo el día en la mochila y al llegar a buscarlo es lo primero que me pide, pero santo remedio. Respeto su necesidad de coger algo de casa y respetamos la normativa del cole. Creo que en este tema la reflexión que nos propone Yvonne en su artículo sobre nuestra infancia es vital. Porque muchas veces el “no”, lo utilizamos como una simple herramienta de poder y si queremos que nuestros hijos piensen con criterio y no "traguen entero" proporcionemos un ambiente en casa donde sea lícito actuar en consecuencia. Sí, tal vez nos resulte incómodo ser cuestionados continuamente, pero que mejor oportunidad para crecer como seres humanos y como padres”.
  • Hablando sobre mi Meta semanal: "Darle tiempo a mi hijo para que se equivoque y descubra las cosas por sí solo". Llevo trabajando en esto hace tiempo...he mejorado mucho...pero me sigo apresurando a ayudarle en muchas ocasiones donde me podría esperar perfectamente a que pida ayuda, si así lo desea. Mi pareja es mucho más relajado en este tema, y gracias a su actitud me di cuenta que yo interfería demasiado. Me cuesta me cuesta...supongo que para que él no se sienta "sólo ante el peligro...abandonado". Una creencia totalmente irracional, porque en la mayoría de las ocasiones cuando intervengo,  se enfada. Además, es tan maravilloso cuando espero observando atentamente y le veo brillar al descubrir que puede hacerlo por sí solo. Pues bien, tengo una idea...no sólo me lo voy a poner de meta, lo voy a documentar, así no sólo seré consciente de mi progreso si no que reforzaré la confianza en mi hijo al ver todas las cosas que logra por sí solo”.
  • Continuando con la reflexión sobre interferir demasiado….“Lo he podido constatar con mi hijo...cuando no interfiero, cuando le dejo ser, cuando le acojo y le valoro cómo es, lo que le gusta y lo que le interesa le veo brillar, os lo juro...sus ojitos se iluminan. Recuerdo algo que comentaba una de las madres sabias de mi tribu y que me estremeció por dentro: "querer a un hijo no garantiza que se sienta querido", es cierto. Hay que estar alerta! Sin embargo, cuando esos ojitos me miran con esa luz tan especial es como si me dijeran mamá soy feliz, de ser quien soy y de que me ames por ello”. 
  • Respondiendo a  la pregunta de qué hacer cuando estoy saturada y no logro interactuar con mis hijos desde el respeto y la empatía: “Bueno yo os cuento lo que suelo hacer. Si está mi pareja cerca le pido relevo hasta que me tranquilice o me sienta mejor. Si no está, alguna vez me ha pasado, con lágrimas en los ojos de desesperación e impotencia por no sentirme mejor (una vez me pilló un resfriado que casi no me quito de encima y a mi peque también, y entre que me dolía todo, llevaba días sin dormir y mi pareja tardó en llegar ese día) y ver que él me pedía que le atendiera, que jugara con él...pues chicas no pude...me vine abajo y me puse a llorar, le abracé y le dije que me disculpara por no poder atenderle pero necesitaba descansar para sentirme mejor y poder estar disponible para él. Me miró desconcertado, como si no entendiera, pero que creéis....se me sentó al lado con lo que estaba jugando y se quedó conmigo casi una hora entera hasta que llegó su padre. Otras veces, respiro y respiro y respiro....y ahora con todos estos sabios consejos que recibo en esta tribu, pues pienso entre respiración y respiración cómo me gustaría que me trataran, qué le estoy pidiendo?, de qué forma? y si todo eso no funciona y meto la pata....pues de ahora en adelante utilizaré el "juego de rebobinar" que me parece estupendo”.”
  • Reflexionando sobre el uso de etiquetas positivas, y el condicionamiento de las acciones de nuestro hijo a nuestro reconocimiento y afirmación (qué perspectiva tan interesante): “Tengo un chip dominante que me impulsa a darle retroalimentación positiva a  mi hijo continuamente. Sin embargo, en todo este proceso de reflexión, y gracias algunas charlas de Yvonne, algunos artículos de Alfie Kohn (http://welivelearning.blogspot.com.es/search?q=muy+bien ) y recomendaciones de actuaciones de las compis de esta tribu, pues he cambiado el "muy bien" (ya casi no lo utilizo....casi...de vez en cuando me aflora desde lo más profundo de mi ADN) por descripciones positivas de lo que hace: " lo has hecho tu solito" "pudiste abrir el bote" "has chutado la pelota corriendo un montón de rato"...en fin...y luego me quedo con algo muy chulo que compartió una de nuestras madres sabias: “cuando hacen algo lo recibo con alegría y lo pongo en un lugar especial de la casa”. Si no es nada material, entonces intento mostrarle mi interés al respecto prestándole toda mi atención, con tranquilidad, disfrute y sin prisas”.
Un agradecimiento especial a mi tribu de madres sabias por estos dos meses de intenso trabajo, estímulo y crecimiento. Siento que hoy soy un poco más la madre que deseo ser para mi hijo!

lunes, 5 de mayo de 2014

Encuentro de Primavera ALE - 2014

El pasado mes de abril mi familia y yo asistimos al encuentro de familias (17 al 20) que organizaba ALE (Asociación para la Libre Educación) en la Sierra Norte de Guadalajara (España). El pueblo en el que se encuentra este hermoso Camping juvenil es Condemios de Arriba. Según mis investigaciones por la red, este maravilloso lugar está a sólo 15 km del Parque natural del Hayedo de Tejera Negra . Supongo que tal cercanía era lo que hacía que este lugar rebosara encanto, tranquilidad y vida. Un verdadero refugio natural para desconectar y recibir con el corazón y mente abierta todo lo que ese fin de semana tenía para ofrecernos.



Teníamos muchas expectativas al respecto. Era nuestro primer encuentro masivo con familias que, como nosotros, han optado por educar a sus hijos sin escuela. Los títulos de las ponencias ya nos daban pistas de la calidad de las discusiones que se llevarían a cabo, sin embargo, nos hacía muchísima ilusión el contacto cercano con cada uno de estos padres y niños en ambientes menos formales que el de las conferencias. Queríamos compartir el día a día con ellos. La cabaña la compartimos con una familia de Valencia, Christopher y Marie (él estadounidense y ella irlandesa) y sus hijos Ryan (3 años y medio) y Eli (1 año y medio). Una familia entrañable, su trato cálido y generoso. Con un interés genuino por conectar y compartir intereses, experiencias y planes. Nuestro hijo Tomás, estaba fascinado de que todos compartiéramos ese espacio. Al principio hubo algo de roce entre Ryan y él (son pequeños y están en su proceso de entender lo que implica compartir) pero para la tarde del sábado se perseguían jugando, disfrutaban con el padre del otro sin celos de por medio y compartían numerosas carcajadas. Gracias familia McMillan, hope to see you soon!

Tomás, Ryan y Eli decidiendo quién tocaba la guitarra primero!

Por las condiciones del lugar fue sencillo dejar a nuestro hijo campar a sus anchas. Era un ambiente seguro, lleno de estímulos de todo tipo, humano, material y natural. Nuestro hijo carece de aquello que nosotros los adultos un poco más instruídos y viciados por los convencionalismos sociales, llamamos vergüenza. Lo admito, su padre mucho más relajado que yo en ese tema, pero yo en mi proceso de crecimiento personal (en el que me he propuesto interferir menos y dejarle ser), contenida, haciéndome a un lado, para que él pudiera descubrir libremente. Lo recomiendo! Qué dicha verle tan autónomo, tan suelto, tan capaz. La mayoría de adultos, por no decir que todos, eran muy abiertos y relajados. Las puertas de las cabañas estaban abiertas, todo el mundo se veía muy dispuesto a conocer y acoger al de al lado. Había familias que se reencontraban. Nuestro hijo, donde oía niños entraba. En 1 minuto ya estaban jugando dentro de las cabañas, saliendo y entrando, corriendo, escondiéndose, bullicio total. Qué interacciones más intensas y ninguno parecía importarle no conocer al otro de nada. Lo reconozco me cautivó tanta espontaneidad. Otro día, mientras salía del baño se topó con una nena mucho mayor que él. Esta nena solía jugar muy concentrada a encestar la pelota en el aro. Mi hijo vio la pelota y se le fueron los ojos. Ella no le importó interrumpir su juego y con una dulzura conmovedora le acarició la cara a mi hijo y le ofreció la pelota para que jugara. A mi esposo y a mi nos encantó ver estos ejemplos de interacción a diario. Los mayores interactuaban con total naturalidad con niños de otras edades, los invitaban a sus juegos, negociaban juguetes, eran empáticos y respetuosos. Está claro que había roces entre los más pequeños, aquellos que aún les es difícil compartir (el mío el primero) pero la mayoría de las veces niños y padres lo gestionaban con mucha tranquilidad.

 Tomás llevando sus pertenencias a la cabaña!

Ronda de juegos en la tarde...todos con todos! 

La nena que acogió a Tomás con dulzura para jugar a encestar!

Tomás hipnotizado escuchando a esta madre inglesa tocar la guitarra después de comer!

Otra cosa que llamó poderosamente mi atención fue la receptividad de los adultos frente a los niños. Todas las actividades, incluso aquellas organizadas por y para adultos, acogían a los niños con total respeto. No existía el niño que incordiaba, ni el que interrumpía, simplemente el niño que expresaba alguna necesidad y buscaba que el adulto le ayudase a satisfacerla. Qué cambio de perspectiva tan interesante!

Una de las ponentes del proyecto:"Escuelas para un nuevo mundo" dejando que Tomás tocara el tambor durante una de las actividades de su ponencia!



  Yoga en familia:
Padres y niños haciendo figuras de yoga con nombres de animales, todos ellos, parte de una historia que contaba la instructora.


En estos 4 días recargamos pilas, como familia y como padres. La energía de la naturaleza nos puso en sintonía con nuestros proyectos, con nuestro espíritu y con nuestras emociones. Tuvimos momentos de soledad bastante estimulantes en los que nos re-encontramos como familia y con nosotros mismos. Las ponencias nos dejaban abiertos a reflexionar con profundidad, a compartir con otros, a mirar hacia nosotros mismos, re-encontrarnos con nuestro ser adulto y niño y conectar de nuevo con todo lo que había fuera. Fue un viaje, en mucho sentidos y niveles, maravilloso!