domingo, 27 de noviembre de 2011

"Si todo es comenzar..."



Esto es lo que me suele decir mi esposo cada vez que tengo un proyecto entre manos. En realidad, para mí, resulta más fácil decirlo que ponerlo en práctica. Por un lado, me estimula profundamente emprender algo nuevo, me cautiva la posibilidad de crecimiento que una nueva experiencia encierra; pero por otro, me paraliza pensar en el resultado de la misma. La valoración del "resultado" me genera una sensación de vértigo aterradora. Traducción profesional: la valoración del resultado como una proyección de mí misma me resulta aterradora...Reconozco que, después de años de carrera y experiencias de vida bastante enriquecedoras, este "miedo escénico" me resulta bastante molesto. Pero considero que el primer paso para ponerlo a raya es un justo cara a cara. Así que decidí que la mejor manera de comenzar este proyecto sería dedicarle unas cuantas líneas a este inseparable fantasma. De esta forma, siento que soy coherente con el título de este blog. Considero que no hay terreno más fértil para crecer que aquellos espacios que nos hacen sentir lo suficientemente incómodos como para querer movernos, dar el paso y saltar al vacío dejando atrás aquello que nos mantenía atados a una tranquilidad aparente.

Estoy lista...comencemos!